Descubre el interesante análisis del libro Luces de Bohemia del reconocido dramaturgo Ramón María del Valle-Inclán, en este artículo tendrás un breve Resumen de la obra.
Luces de Bohemia de Valle-Inclán
Podría decirse que una de las mejores obras de Valle-Inclán es Luces de Bohemia, una obra con la que se inauguró Esperpento, un subgénero literario que ofrecía una imagen distorsionada de la realidad y que, según el autor, era la única forma posible de acercarse a la realidad española.
Esta obra literaria está protagonizada por Max Estrella, un viejo y ciego poeta y Don Latino, un compañero con el que pasean por las calles de Madrid, un paseo que servirá para presentar a la sociedad española, la inestabilidad político-social que vivió entonces y la miseria que respiraba en las calles.
Resumen por Escenas
Empezaremos con este resumen de Luces de Bohemia de Valle-Inclán que comienza con las primeras cinco escenas porque tenemos el privilegio de saber qué sucede todo el tiempo durante este primer momento en la obra literaria de Valle-Inclán donde nos presentan a los personajes y el comienzo de la trama.
Escena 1
El protagonista Max Estrella, está y ha envejecido, es un poeta que trabaja para un periódico y le pide a su esposa que lea la carta del director del periódico donde le dice que quiere despedirse del trabajo, luego viene Don Latino, el coprotagonista de esta obra literaria.
Es un personaje miserable, borracho y que también ha alcanzado una edad madura. Le pagará el poco dinero que los libros de Max han logrado recolectar después de la venta, con el dinero que Max quería darle a su cena familiar. Es entonces cuando Latino recomienda que Max se dirija a la librería para pedir más dinero para sus libros, y es entonces cuando el protagonista decide dejar su hogar y comienza a vivir la noche de Madrid.
Escena 2
El comienzo de esta escena nos ubica en la calle donde Max y Don Latino caminan por ella, cuya meta es dirigirse a la librería Zarathustra para obtener más dinero por sus libros. Pero el librero no quiere cambiar lo ya acordado y engaña a Max debido a su ceguera, lo que indica que ya los vendió cuando en realidad están en la trastienda. Don Latino ve lo que está haciendo el dueño de la librería y sigue la corriente, por lo que entendemos que Latino también usando al escritor ciego.
Para esta escena se presenta un escritor, es decir, Don Peregrino Gay, que viene desde Londres, con esta llegada, junto con el grito de «Viva España» en las afueras de la librería, hace que la tertulia entre los cuatro personajes empiezan a centrarse en la situación en el país y las diferencias con Inglaterra.
Aquí Valle-Inclán aprovecha la oportunidad para censurar la fuerte influencia católica que todavía existe en el país, una creencia «de mal gusto», que se señaló en esta narración.
Escena 3
Con Luces de Bohemia llegamos a la tercera escena donde Max y Don Latino llegan a un típico bar español llamado Pica Lagartos, aquí los dos personajes comienzan a tomar licor y por supuesto se embriagan, la taberna sirve como exposición para varios personajes populares en el Madrid más tradicional.
Enrique la Pisa Bien aparece en el escenario y le reclama el dinero para una décima lotería que le había dado sin haberlo pagado. Max tiene la intención de devolver el boleto, pero al final termina por considerarlo un número de capicúa, pero para pagarlo, Max tiene que vender su abrigo. Al final, no podrá comprarlo porque La Pisa Bien se dirige a otro lugar antes: la buñolería modernista.
En esta escena, somos testigos con mayor celo de que hay grandes disputas entre trabajadores, policías y militantes políticos en el exterior. El grito y la confrontación son constantes en este trabajo para reflejar la inestabilidad social y política en España en ese momento.
Escena 4
Max y Don Latino salen a la calle para ir a la buñolería modernista esta vez y así poder sostener la décima. Cuando llegan, La Pisa Bien sigue allí y finalmente Max puede comprarle la décima.
Esta escena habla de los disturbios en la calle y la mujer explica que ha habido una fuerte confrontación entre los manifestantes y los miembros de Acción Ciudadana.
En este sitio en Madrid, hay un grupo de poetas modernistas que comienzan a parlotear con Max y Don Latino. Todos conocen a Max, pero se queja de la poca felicidad que ha tenido como escritor y aquí es cuando vemos las mayores diferencias entre estos modernistas y Max: el primero se siente superior al resto de la gente, mientras que Max se proclama a sí mismo como la «gente».
Durante esta conversación, se derraman varias críticas contra el sector cultural en España y contra la política, Don Latino corta la discusión con una canción que al final todos interpretan totalmente ebrios. La policía verá lo que sucede con tantos gritos y al final Max se reirá del capitán, para que lo trasladen al Ministerio del Interior.
Escena 5
En el ministerio, donde Max Estrella debe dar una declaración sobre lo que sucedió en la calle. Explicará, pero lo hará con un montón de burlas e ironías constantes enfatizadas por los efectos del alcohol. Debido a su actitud, Max será enviado a las mazmorras por escándalos, para gritar gritos revolucionarios y no tener autoridad desobediente, el grupo de modernistas irá al periódico para condenar a Max por ser arrestado.
Escena 6
Max está encarcelado en una mazmorra, esposado y ensangrentado. Pero él no está solo. Junto a él se sienta un trabajador catalán con el que comienza a hablar y descubre que tienen muchas ideas en común, especialmente relacionadas con la urgente necesidad de levantamiento social y progresismo que necesita el país.
Mateo se llama el trabajador y en esta escena comenzará a explicar su historia: ha sido arrestado por no querer ir a la guerra y por negarse, causó disturbios en la fábrica donde trabajaba. Este catalán sabe muy bien el porvenir que le espera: recibió un disparo en la espalda por un supuesto «intento de fuga». Finalmente, un oficial de policía pasará por Mateo y Max y el catalán lloraba de rabia e impotencia en la celda.
Escena 7
Los personajes se encuentran en la revista El Popular, donde el grupo de modernistas y Don Latino han venido a condenar el arresto de Max y las presiones de la opinión pública para liberarlo. En las oficinas del local se acercan a Don Filiberto es el periodista que los recibe y dice que no puede realizar nada sin que el director del periódico dé su consentimiento, pero, de todos modos, dice que intentará hacer algo para ayudar a Max.
En esta escena, también hay una conversación entre los personajes que hablarán sobre diferentes temas, como la política, pero también la literatura y la libertad de prensa. Después de esta conversación, Don Filiberto obtendrá la liberación de Max llamando a la secretaria del ministro.
Escena 8
Max ha sido liberado pero no quiere irse sin protestar ante el Ministro por el trato que ha recibido. El secretario del ministro le dice que no puede participar en él porque está trabajando en lo que Max cambiará de tal manera que finalmente provocará la aparición del ministro llamado Paco y que era un ex amigo de Max con quien lo compartieron. La vida bohemia y la pasión por la literatura.
Max le enviará sus quejas sobre el tratamiento recibido y eventualmente tendrán una conversación sobre experiencias compartidas, sobre la familia, etc. Al final, Paco ordenará que esa parte del fondo de reptiles (el fondo público que los gobernantes pueden gastar sin justificarlo de ninguna manera) se le dé a Max cada mes para que pueda vivir con dignidad.
Escena 9
Don Latino y Max se encuentran de nuevo y ahora deciden ir al café Colón, donde también está Rubén Darío. Esta reunión entre los dos poetas hará que comiencen a hablar sobre varios temas metafísicos, como la muerte, la teología, la filosofía, etc. Max expresa su ateísmo a un cristiano y muy creyente, Ruben Dario.
Escena 10
Después de la cena, Don Latino y Max regresan a las calles de Madrid. Su caminata los lleva al Paseo del Prado, un área donde abunda la prostitución y donde dos prostitutas tratarán de convencerlos de que tengan clientes esa noche. Don Latino se unirá a uno de ellos, pero Max se quedará con Lunares y hablará sobre diferentes aspectos de su vida personal, pero también sobre su vida.
Escena 11
Para la noche, caminan por las calles de Madrid cuando encuentran a una mujer llorando por la muerte de su hijo con un disparo. Se ha producido una pelea entre la policía y los trabajadores que han terminado con esta muerte absurda. Los testigos de la disputa discuten lo que sucedió y se crean dos grupos: los que defienden las operaciones policiales y los que defienden las manifestaciones de trabajadores que solo quieren un salario más digno para no morir de hambre.
Max está horrorizado por esta situación y el grito desgarrador de la madre. Pero luego se escucha el ruido de un tirador desde lejos y el protagonista está seguro de que estos disparos se lanzan en la espalda de su amigo catalán, el trabajador que conoció en el calabozo.
Escena 12
Los dos personajes principales regresan a la casa de Max después de su aventura nocturna. Max se sienta en la puerta de su casa y aquí comienza a pronunciar un monólogo con el que termina haciendo una actuación literaria completa: define el término esperpento, un subgénero invitado por Valle-Inclán y que se describe por primera vez en esta escena.
Comienza a sentir un frío intenso y desaparece. Don Latino intentará llamar a su esposa pero no llegará a tiempo: Max muere de frío y borracho. Latino, que ve el cuerpo de su amigo, decidirá quitar la billetera con el pretexto de que sí, nadie la robará. El portero encuentra el cadáver de Max y le advierte a su esposa.
Escena 13
Estamos en el desván de Max, donde su cuerpo y varias personas lo están observando. Don Latino viene y exagera su dolor y arrepentimiento por la muerte de Max y lo compara con Víctor Hugo. El coche de la funeraria vendrá a llevarlo directamente al cementerio y enterrarlo.
Escena 14
Estamos en el cementerio civil donde los obreros terminarán cubriendo el cadáver de Max. Hablarán de él y luego se presentan en escena dos personas, son el marqués de Bradomín y Rubén Darío, los cuales hablarán sobre la vida y la muerte, la literatura y la situación de la cultura en España.
Escena 15
Estamos en el bar de Pica Lagartos. Don Latino, borracho, pretende sentir un gran arrepentimiento por la muerte de Max. En esta escena, se darán cuenta de que el décimo de lotería que Max compró finalmente salió y que es a Don Latino a quien lo estará disfrutando. Por lo tanto, todos los miembros del bar intentarán obtener un poco del premio con cuentas falsas que tenían con el difunto.
Comienzan a discutir, pero finalmente la disputa terminará con el anuncio de la muerte de una mujer y una niña. Se sabrá que son la hija y la esposa de Max quienes finalmente se han suicidado.
Personajes principales
Podemos distinguir dos personajes, los coprotagonistas, que son los que encontramos a lo largo de la obra: Max Estrella y Don Latino.
Max Estrella: es el protagonista de este trabajo de Valle-Inclán. Es un hombre mayor, bohemio, poeta y que se ha quedado ciego. Representa al héroe caído, la situación de declive que España anclaba en ese momento. Es un hombre que sufre de una gran miseria financiera y que ha vivido principalmente las injusticias en una sociedad corrupta e injusta.
Don Latino: es el coprotagonista del juego. Aparentemente es un hombre muy leal a Max Estrella, pero aún así, a medida que avanza la acción, vemos que está ocultando intenciones ocultas. Es un hombre interesado y codicioso que utiliza la oportunidad más pequeña para obtener su propia ventaja. Es un personaje que representa a las personas y, por lo tanto, está vestido con un lenguaje conversacional y lleno de vulgarismo.
Luces de bohemia y el esperpento
Valle-Inclán implementó el recursos del esperpento dentro de la literatura, destancándose el uso de este recurso precisamente en esta obra de «Luces de Bohemia». A partir de 1920, el autor comenzó a crear sus textos a partir de esta visión distorsionada de la realidad, una visión que parece verse a través de un espejo cóncavo que nos muestra una realidad deformada y caricaturizada.
Es por eso que los personajes de Valle-Inclán a menudo se mueven dentro del fino hilo que separa la comedia de la tragedia y nos hace reír mientras sacuden nuestros corazones.
El esperpento no es algo que Valle-Inclán inventó en absoluto: era una expresión que ya existía en el idioma español, pero que hasta el autor no había usado ni popularizado. Pero Valle convirtió su trabajo en un esperpento, por lo que el autor ahora está relacionado con este término en español.
Con «Luces de Bohemia» es cuando se le da una dimensión dramática a lo que es el esperpento. Un recurso que te permite distorsionar la realidad y que nos muestra divertido pero triste al mismo tiempo. Una deformación exagerada que más que la realidad devuelve algo así como una caricatura de la vida misma.
Quién fue Ramón María del Valle Inclán
Narrador y dramaturgo español. Aunque en ese momento no se entendió y apenas representó en su momento sus obras, la posteridad debe apreciar especialmente sus obras para el teatro, por lo que es considerado, junto con Federico García Lorca, el mejor dramaturgo de la «Edad de Plata» en la literatura española (1900-1936).
Después de la muerte de su padre, le dio la oportunidad de no continuar sus estudios jurídicos, que no le interesaban, y tomo la decisión de irse a México, donde pasó casi un año como periodista y firmó sus escritos por primera vez como Ramón del Valle-Inclán. Ya de regreso a España se instaló en Pontevedra; Publicó varias historias y editó su primer libro, Mujeres (1895), que pasó desapercibido para los críticos y el público.
En esos momentos se traslado a Madrid, donde entablo amistad con jóvenes escritores como Azorín, Pío Baroja y Jacinto Benavente y se aficionó a las charlas de café, que no abandonó durante toda su vida. Asumió el trabajar exclusivamente a la literatura y se negó a seguir escribiendo para la prensa porque quería proteger su independencia y estilo, a pesar de que esta decisión lo obligó a una vida bohemia y de dificultades.
Valle-Inclán tuvo que pagar la edición de su segundo libro, Epitalamio (1897); En ese momento, comenzó a interesarse por el teatro. Una pelea fetichista con el escritor Manuel Bueno provocó la amputación de su brazo izquierdo. Con el objetivo de recaudar dinero para pagar un brazo ortopédico que el escritor nunca usó, sus amigos realizaron su primera obra, Ashes, que fue su primer fracaso público, una constante en su futura carrera dramática.
Para el año 1907, Valle-Inclán se casó con Josefina Blanco artista actriz y, entre 1909 y 1911, se unió al movimiento político español de carácter tradicionalista y legitimista derivado del absolutismo español , dicha ideología atrajo al autor por su oposición a la sociedad debido a la revolución industrial, el sistema parlamentario y el centralismo político.
En 1910, su esposa inicia una gira por América Latina, en la que la acompañó como su director artístico. Durante el viaje, ella es contratada por la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza y regresa a España, la compañía monta las primeras obras de Valle-Inclán, Voces de gesta (1911) en Barcelona y La Marquesa Rosalinda (1912) en Madrid.
A pesar de sus fallas teatrales, ya era considerado un prestigioso escritor y autoridad en pintura y estética desde 1916, por lo que el Ministerio de Instrucción Pública y Arte lo nombró titular de una nueva cátedra de estética en la Academia de San Fernando en Madrid.
Esto fue un alivio por la falta crónica de dinero, pero debido a problemas burocráticos y la incompatibilidad del autor con la vida académica, pronto dejó el cargo. Invitado a París por un amigo francés, pasó durante 2 meses inspeccionando las trincheras francesas, una experiencia que describió en La media noche, La visión de estelar de un momento de guerra (1917).
Para los años veinte de principio del siglo XX significó su dedicación definitiva como escritor y un nuevo cambio ideológico que lo acercó al anarquismo. Cuando se anuncia la Segunda República en abril de 1931, el autor la apoyó con entusiasmo y al año siguiente fue nombrado Conservador General del Patrimonio Artístico de Manuel Azaña, cargo que renunció en 1932 para dirigir el Ateneo de Madrid.
En 1933, fue designado director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, la ciudad donde vivió durante un año, enfermo, regresó a España y fue ingresado en una clínica en Santiago de Compostela, donde murió después de expresar su hostilidad hacia un gobierno de derecha.
La obra de Valle-Inclán
Su producción literaria es muy amplia y compleja, porque aunque se refirió a casi todos los géneros, nunca respetó sus estándares y rechazó la novela tradicional y el teatro. Estéticamente siguió dos líneas: una, poética y estilizada, influenciada por el simbolismo y el decadentismo, que formaban parte de los modernistas; el otro es el grotesco (que prevaleció durante la segunda mitad de su trabajo), con una imagen amarga y distorsionada de la realidad, que lo hace, con las palabras de Pedro Salinas, «hijo pródigo del 98».
Entre 1902 y 1905 publicó Sonatas, su primera gran historia y la mayor contribución española al modernismo. La unidad de estas cuatro novelas depende del personaje del marqués de Bradomín, una recreación irónica de la figura de Don Juan, que se transformó en «feo, católico y sentimental».
En Flor de santidad (1904), que sigue la misma línea estética, surge por primera vez un tema en el que abunda a lo largo de su carrera: donde realiza una ambientación de la zona de Galicia donde destaca su ruralidad y su legendaria cultural.
En sus tres novelas de La guerra carlista, Los cruzados de la causa (1908), El resplandor de la hoguera (1909) y Gerifaltes de antaño (1909), su estilo se simplificó al quitar los adornos modernistas. Debido a su profundización de las emociones individuales y colectivas, la trilogía previó sus mejores trabajos posteriores.
Tirano Banderas (1926) es su novela más innovadora y puede considerarse como el primer exponente del terrible clan de ballenas. Su argumento es la crónica de un dictador hispanoamericano, analizado como el legado mortal que España transfirió a América. No hay linealidad temporal, sino una serie de imágenes que dan una imagen simultánea de los eventos que ocurren en tres días.
Su trabajo literario terminó con El ruedo ibérico, un periodo cuyo objetivo era cubrir, en forma de novela, la historia de España desde la caída de Isabel II hasta el ascenso a la fe de Alfonso XII. La muerte truncó este ambicioso proyecto, que solo vio la luz de La corte de los milagros (1927), Viva mi dueño (1928) y el incompleto Baza de espadas (1932).
Aquí nuevamente rompió la consecuencia temporal y la historia se asentó en pinturas, a veces muy breves, discontinuas e independientes, cuya única conexión es el contexto histórico. El lenguaje, que proviene de un mundo de toros y teatros, con varios registros idiomáticos que van desde el refinado hasta el vulgar, acentuó la realidad grotesca que describió.
El teatro
La obra dramática de Valle-Inclán es probablemente la más original y revolucionaria en todo el teatro español del siglo XX al romper las convenciones del género. En palabras del autor: «Escribo de forma escénica y dialógica, casi siempre. Pero no me preocupo porque las obras pueden representarse más tarde.
Escribo así porque me gusta mucho, porque me parece que es la mejor, más tranquila y más impasible forma literaria de interpretar el acto. «Comenzó con Cenizas (1899) y El marqués de Bradomín (1906), adaptaciones de dos de sus historias, aún inscritas en el estilo teatral del siglo XIX, sin embargo, manifestaron rasgos muy personales, como el gusto por el tema de la muerte, el pecado y las mujeres, y la importancia de plástico en dimensiones escénicas.
Comedias bárbaras, una trilogía compuesta por Águila de Blasón (1907), Romance de lobos (1908) y Cara de plata (1922), constituyó la primera gran actuación dramática de Valleincesca. En una explosión abierta con el teatro de la época, tienen el tema de una Galicia feudal y mágica cuyo colapso se simbolizó en la degeneración de la línea de Montenegro.
Reanudó el uso del mítico gallego con El Embrujado (1913) y Divinas Palabras (1920) y lo utilizaron como protagonistas de personajes populares y marginados. Sus obras más abiertamente modernistas son Cuento de Abril (1909), Voces de gesto (1912) y La Marquesa Rosalinda (1913), aunque hay elementos que requieren el cambio de su teatro, como la visión irónica y casi aterradora de una España vulgar y provincial que contrasta con la Francia cosmopolita y refinada.
El autor dio el nombre de Esperpento al estilo literario desarrollado por él a cuatro de sus obras: Luces de Bohemia (1920), Los cuernos de don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927), estas tres últimas están incluidas en volumen el Martes de Carnaval (1930).
El autor puso en boca del protagonista, Max Estrella, la explicación de la necesidad de crear un nuevo género de escenarios: la tragedia clásica no pudo reflejar la realidad española, porque se había convertido en «una deformación grotesca de la civilización europea». Para Valle-Inclán, el horror era una concepción moderna de la tragedia.
Si le interesan otros artículos similares, en relación a libros de escritores famosos, puede entrar de manera rápida y segura en los siguientes enlaces:
(Visited 13.603 times, 1 visits today)